viernes, 6 de febrero de 2015

Sueño con...

Sueño con un mundo en que no estemos condicionados por el tipo de ropa que llevemos, por ser hombre o mujer, por ser de una clase social u otra. Sueño con que una moneda nunca compre un sentimiento. Sueño con la libertad de las mujeres, esas mujeres que luchan cada día contra todos los baches que se les pongan en el camino, porque todos tenemos el derecho de la igualdad, porque no entiendo que en pleno siglo XXI, muchas mujeres sigan siendo asesinadas o golpeadas por sus maridos.

Tampoco entiendo que en pleno año 2015 la gente se muera de hambre, ni que a los niños en ciertos del mundo en vez de un libro se los obligue a disparar con metralletas a sus padres. Se están muriendo de hambre y no les damos de comer, nos lo gastamos todo en tanques para podernos defender. ¿De qué? ¿De quién? Sueño con que a mi hijo, sea del sexo que sea, tenga una buena educación y pueda ser atendido en un hospital cuando se ponga enfermo sin tener que esperar en una lista interminable de enfermos, incluso hasta poder llegar a morir. Sueño con todo esto porque a mi me preocupan los niños que mueren de hambre, pero si lo pienso, me dan más pena sus madres, esas madres que luchan cada día para poder darles algo que llevar a la boca a sus hijos.

Sueño con que niñas de apenas 12 años no sean obligadas a prostituirse por gente desalmada cuyo único y despreciable interés es el dinero y su bien estar sin importarles las penas y los sufrimientos de dichas menores. 

Sueño con que todo es mentira, que no existe ni la guerra, ni las banderas, ni parados por derecho, ni el maxismo, ni la homofobia, sobre todo sueño con que los políticos dejen de pensar tanto en sus bolsillos y piensen un poco en el de sus ciudadanos, que están más pendientes de poder luchar por el poder de su "pueblo", que esclavizados, tiene que buscar en la basura para comer.

Ahora ya no se si soñar o asumir la realidad. Me resulta difícil creer que existe un destino, porque nuestro destino, está llevado por hilos que sujetan estos políticos. 

Pero apesar de todo, sueño, y sigo soñando...


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